viernes, 22 de julio de 2016

Un puente de mayo viviendo con los osos

Un gran puente de Mayo de 2016, en el que veníamos de un largo viaje desde Madrid, y sin parar el coche desde aquel largo viaje, nuestro primer oso de muchos que veríamos a lo largo del puente.
 
Este primer avistamiento fue muy corto y apenas me dio tiempo a hacerle una pequeña grabación.
Más tarde un día después veríamos una pareja de osos en celo bastante lejos. Pero uno de los mejores días sería el día después, en el que un joven oso del año anterior nos deleitaría con una gran sesión fotográfica.
Ese mismo puente, también conseguí ver uno de los mayores tesoros de la Cordillera Cantábrica, y al borde de la extinción, una hebra de Urogallo cantábrico, ya habíamos escuchado rumores de la zona, donde vi un camino que seguí de camino a unos conjuntos de acebos, y en medio de una zona más bien arbustívora y llena de helechos secos, levanto el vuelo está gran e inconfundible ave, no tan peculiar como el macho, pero igualmente muy emocionante.
 
joven de oso de año

De vez en cuando se ponía a mirar nuestra zona buscándonos, por el jaleo que había y el olor que desprendíamos, aunque eso no impidió que paseará cerca de nosotros tranquilamente, ya que estos animales tienen bastante miopía.

 El mismo joven mirando a su alrededor buscando posibles amenazas.
 
Mirando al río a un posible macho adulto que merodeaba por la zona en busca de su madre, ya apartada de él. 
 
Cruzando un canchal los cuales utilizan mucho para buscar larvas. 
 

Oso Pardo cantábrico (Ursus arctos) 
 
Dos días más tarde después de aquel gran avistamiento del joven, logramos ver a la madre merodeando por la zona en busca de un macho para prevalecer la especie.

Alguna gente, no calificaría a esta especie de oso en particular como otra subespecie, la cantabricus, si no que su teoría la convalidan con el hecho de que al ser menor temperaturas y clima, este oso se adapto al medio y aminoró su tamaño.
 

Estos animales aunque puedan parecer muy peligrosos, son inofensivos, antes huirían ellos de ti que tu de ellos, a no ser que se de el caso de una hembra con crías que en ese caso no dudes en huir porque irá a atacar, o de un macho sorprendido, pero nunca ocurrirá ya que es un animal muy cauto, y puede sentir tu presencia a kilómetros.
 
 Utilizan los grandes brezales para moverse sin ser vistos.
 
El mismo día del joven, cuando ya se había alejado y para la foto no estaba tan bien a pesar de que era un buen avistamiento, yo me fui a otra zona donde sospechaba que podría aparecer o la hembra u otro macho, sin embargo no fue así, sino que vi un gran revuelo entre un grupo de rebecos, cuando me quise dar cuenta un lobo "solitario", ya que yo sólo vi uno, empezó a perseguirles, pude ver la persecución apenas tres segundos cuando se adentraron en el bosque y los rebecos aparecieron por un canchal y yo con el corazón a mil, pero de reojo vi que aquel lobo marchaba por la colina de detrás adentrándose en la espesura del bosque. 
 

Aquí las dos mejores fotos del viaje del primer joven. 

Gracias por haber leído esta entrada, espero que os haya gustado, Un saludo.
 


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